sábado, 6 de julio de 2013

Juan Pinto

Agripia

En las fiestas de fin de año
sobre la mesa de ébano
te olvidaste el rostro que alguna vez llevaste,
ese rostro tan reptílico
tan humano y cocodrilesco

Lo dejaste en la esquina
cerca de mi plato,
donde había comido
vitel toné con alcaparras
y sandwichitos de miga

La máscara de hierro:
¡qué bien confeccionada estaba!,
ese semblante hipnótico
tan pérfido y maligno

Te lo olvidaste como quién olvida
un manojo de llaves, o un pendrive
sobre el orificio del puerto usb
en una computadora ajena

Había también media botella de champán
en la otra punta de la mesa
que me la tomé solo,
de un sorbo apresurado e inquieto

Pegó un poco,
pero sólo un poco
media botella de champán no es para tanto,
ni mucho menos,
ni mucho más

La familia ya descansa,
y los animales también,
y son cerca de las 5 a.m.,
pero yo no duermo,
trasnoché, y tengo agripnia

Veo la careta,
y te veo a vos llevándola
en las fiestas de fin de año
asustando niños por la mañana,
en la plaza que está cerca de mi casa

Veo la careta,
y la incrusto en mi cara,
abro la puerta por donde te fuiste
y te voy a buscar
para asustarte y hacerte temblar
como un flan.


Juan Pinto

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